domingo, 22 de julio de 2007

Sin sonrisa, sin palabras

No tengo palabras propias, sólo transcribo las insuperables de Ana Alfageme:

"Los niños siempre se plantan delante al ver una cámara de fotos. Los ojos muy abiertos, la sonrisa blanca, llena de dientes. Ocurre en cualquier rincón de Mauritania. Luego estallan en una carcajada al reconocerse en la pantalla de cristal líquido. Los dos hermanos Doua, no. Nunca sonríen". [+ El País]

Foto: Niños utilizados como jinetes esclavos en un país de Oriente Medio
Arthur Thevenart / Corbis

2 comentarios:

June Fernández dijo...

Yo también me he quedado sin palabras. Me parece brutal el contraste de la imagen del niño sonriendo a la cámara y la de la esclavitud infantil.

Guillermo Pardo dijo...

Este asunto tampoco es nuevo y por eso me sorprende que estemos hablando todavía hoy de estas cosas, cuando, como se lee en la información, los niños pueden ser perfectamente sustituidos por robots que hacen, prácticamente, lo que ellos. Saludos.