martes, 10 de febrero de 2009

La crisis y la incertidumbre como excusas

Escribe José Luis Ramos:

"El Parlamento Europeo no ha dejado títere con cabeza a la hora de denunciar la responsabilidad de políticos, instituciones y medios de comunicación en el aumento de la xenofobia en Italia.
La instrumentalización de la población inmigrante, y en mayor medida de la población gitana de origen rumano, según denuncia el informe del Comité para las libertades públicas, busca mediante una "dramatización exagerada y exasperada", que "se mantenga la alarma social creada para justificar el paquete de seguridad y las ordenanzas de emergencia". ¡Ahí es nada!!...
Patrullas civiles, médicos y caseros obligados a denunciar, infravaloración de las agresiones racistas y sobrevaloración de los delitos cometidos por extranjeros. Todo es justificable cuando existe una situación de supuesta emergencia". [+ De vuelta y media]

Como escribí en la bitácora de José Luis, que los gobernantes de un Estado se aprovechen de las prerrogativas, beneficios e instrumentos legales que el propio Estado pone a su disposición para azuzar a la opinión pública en uno u otro sentido es gravísimo, pero también pone de manifiesto hasta qué punto la clase política se ha vuelto tan insoportable que los electores acaban cayendo en la trampa de los hipócritas para elegirlos.
No debemos permitir que ejemplos como el de Italia se extiendan como la pólvora, que es lo que suele ocurrir en momentos de crisis económica e incertidumbre social.
Que nos quedemos sin empleo, que los bancos no nos concedan crédito, que debamos pasar horas a la semana en la cola de la oficina de empleo, que tengamos que llevar a la familia a comer a la cocina económica o pedir dinero en las esquinas no puede ser nunca una excusa para joderle la vida a los demás ni, desde luego, para permitir que los facinerosos se apoderen del Estado para convertirlo en el campo de béisbol en el que poner a prueba sus bates.
La especie humana, la sociedad, la convivencia no depende de nosotros como individuos exclusivamente, sino de nuestra capacidad para interrelacionarnos, de asumir como propios los buenos y malos momentos -incluidos los ajenos-, de trabajar solidariamente para superar dificultades, de aportar sentido común a nuestras acciones para no caer víctimas del capitalismo pulsional, como bien señala el psicoanalista Manuel Fernández Blanco en su recomendable artículo.
No debemos permitir que la actual crisis nos desequilibre hasta el punto de convertirnos en cómplices de los antisistema, de los iluminados, de los locos, de los tiranos de la ideología. La crisis sólo debe desequilibrarnos lo justo como para dar un golpe sobre la mesa y decir ¡hasta aquí hemos llegado!, para a continuación darnos cuenta de que no es necesario lo superfluo para vivir bien y de que es mejor que nos gobierne un político que un militar, un señor de derechas que un césar, un progre antes que un ingenuo que cree que la sociedad puede gobernarse sola.
La crisis y la incertidumbre nunca deben servir de excusa para destruir -y menos a las personas-, sino para construir a partir de sus bases, para poner a trabajar la creatividad que todos llevamos dentro, para asumir que todos, no sólo los bancos y los políticos, tenemos nuestra parte de responsabilidad en esta deriva económica y social generada a partir de nuestros excesos.
La crisis y la incertibumbre también pueden ser, sin embargo, una buena excusa para aprender a vivir mejor.

5 comentarios:

cristobal ramirez dijo...

Estoy de acuerdo en que es un artículo interesante el que recomiendas. Es una visión al menos no panfletera y reflexionada. Raro, muy raro, sabiendo cómo, quién (¿cómo lo digo para evitar epítetos que me lleven ante un juez?) es el autor y su ética...

entrenomadas dijo...

"La crisis y la incertidumbre también pueden ser, sin embargo, una buena excusa para aprender a vivir mejor".

A mí el final del artículo no me agrada demasiado. Me recuerda a las pelis esas de "Juan sin tierra" o "Qué bello es vivir".
No sé, reconozco que es un buen texto, pero hay algo que me resulta falso. Puede que sea el exceso de lluvia en mi cabeza.

Me lo vuelvo a leer y repito.

Besicos,

M

entrenomadas dijo...

Bueno, que no sé cómo hacer para volver a los defines y no al retrato cuando firmo los comentarios.
Vaya lío.


M

JLuis dijo...

El manejo del miedo y de la incertidumbre se ha colocado entre las herramientas mas usadas por los políticos hoy para hacernos comulgar con ruedas de molino...

No hace mucho leía que nunca hasta nuestros días, y en nuestro acorazado mundo occidental, los peligros habían estado tan controlados, y que sin embargo, nunca hasta nuestros días, y aquí, la sensación de inseguridad había sido tan grande.

Pequeñas dosis diarias de miedos, crisis y desvelos para tenernos atados.

Gracias por la referencia y un abrzo

Guillermo Pardo dijo...

Cristóbal, querido: Me he servido del autor, no de su ética, para apoyar mi comentario. Me interesa lo que se dice, no quien lo dice. En este caso al menos. Unha aperta, compañeiro.

Entre: Debes disculparme, pero estoy leyendo a Séneca y se me están incrustando algunas de sus ideas. ¡Qué buen filósofo para tiempos de crisis! En todo caso te diré que aún en la miseria hay que esforzarse por vivir con dignidad. Me parece una virtud inherente al ser humano. K.

José Luis: Suscribo lo que dices. Esa situación, al menos esa percepción, es consecuencia de políticas oscuras que ojalá pasen pronto a mejor vida. Gracias a ti. Un abrazo.

Gracias a todos por vuestras aportaciones.