domingo, 1 de agosto de 2010

Acerca de un "monumento al deshonor gramatical"

El personaje que ha dicho o escrito estas palabras es un tipo detestable, pero tiene una gran habilidad para utilizar el lenguaje, fruto de su cultura y de su capacidad para envenenar la palabra, de su egocéntrica tendencia a la perversión, a la alucinación y a la manipulación.
Leed, leed, "malditos":

"Esta casta descastada, mansa y pregonada, resabiada de la vista y con querencia a toriles, que no merece llamarse española pero que representa muy bien esa continua limpieza de corrales, lidia de saldos y procesión de cornigachos, bizcos y escobillados en el ruedo político, ha producido tras el asesinato de Orlando Zapata en Cuba una birrionota que autoriza cualquier fantasía higiénica si no fuera a ensuciar lo que limpiase, antes incluso de tocarlo. Cuatro parrafejos, cuatro mojoncillos, cuatro flatulentas naderías componen este monumento al deshonor gramatical, la prosa rufianesca y la cobardía politiquera".

José María Izquierdo sobre "El ángel animador"

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Sólo es un monumento al deshonor gramatical? Yo creo que es un monumento al cripticismo, a la petulancia, a la cursilería, a la bravuconería resguardada en la cobardía, a la soberbia...

¿Culto? Una persona culta es aquella que pone todo su saber al servicio de la comunidad. Esta persona es un engendro de toro y serpiente que no ha desarrollado el cerebro más que para beneficio propio.