Supe de ella a través de "Yo de mayor quiero ser español", un programa de TVE al que le falta profundizar en el personaje invitado y le sobra exceso de gomaespuma.
Ruth Lorenzo se empeñó en triunfar como cantante y compositora y un buen día se convenció de que para eso lo mejor era hacer las maletas con rumbo a Londres, donde se ha instalado después de cumplir con creces sus expectativas profesionales.
De actuar en pubs para un puñado de entusiastas pasó a ser finalista del programa X Factor, un cazatalentos musicales que, en un abrir y cerrar de ojos, la catapultó a la fama. Tanto que las discográficas le ofrecieron un millón de libras, casa y demás golosinas para cantar temas que ella rechazó porque no iban con su personalidad artística: "Para eso, joder, prefiero cantar en mi casa", afirma con sinceridad. Ahora tiene ofertas de todo el mundo y se ve obligada a acompañarse de guardaespaldas. "Ahora elijo yo", sentencia que deja claro que su cabeza no es un tiovivo y que no le deslumbra el neón.
Esta chica de Murcia alegre, simpática, noblota y de expresión campechana se ganó a la audiencia con sus poderosas y talentosas versiones de Purple Rain y de Knocking on the Heavens Door, de las que brota un chorro de voz espectacular y una asombrosa dicción en una lengua muy propensa al alarde mediante el guatever yu guont o chapurreo.
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