martes, 17 de enero de 2012

Algunas cosas que sí son para siempre

Fiarse de todo el mundo
y no fiarse de nadie son dos vicios:
pero en uno se encuentra más virtud,
y en el otro, más seguridad.
Lucio Anneo Séneca.

El presidente del Gobierno se nos ha puesto poético y nos ha recordado, paternalmente, que nada en la vida es para siempre.
Yo, para no variar, discrepo, y lo justifico aportando algunos ejemplos de cosas que sí son para siempre:

-La corrupción política, que embadurna todas las esferas sociales sin que nadie, antes en la oposición y ahora en el gobierno y viceversa, tenga la decencia de ponerle coto.

-El abuso de poder del que se valen las élites para cargar sobre los demás el peso de sus cada vez mayores riquezas, y del que se valen los partidos que se turnan en el gobierno para quitarnos lo que nunca nos devuelven y lo que se nos roba con amparo legal.

-El abuso de dominio, que permite a poderosos y corporaciones imponer sus condiciones con el único fin de presentar suculentos balances que mejoren sus ya exorbitantes primas a cuenta de espectaculares pelotazos y de la disminución de las cada vez más reducidas rentas salariales.

-Los privilegios que garantizan pensiones vitalicias, retiros de oro y fiscalidades mínimas a quienes con sus excesos podrían mantener con dignidad la vida de miles de personas que se han dejado y se dejan la piel para servirles.

-La injusticia de la Justicia, que se atreve a sentar en el banquillo de los acusados a quien ha intentado hacer justicia.

Puede que la promesa de no subir los impuestos no pueda mantenerse siempre, pero un político tiene la obligación moral de intentar que ciertas cosas dejen de ser como son para siempre.

3 comentarios:

Julio Torres dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Julio Torres dijo...

Non se pode dicir máis claro Guillermo. Suscribo o que dis.

O descrédito político é para sempre. Coido que é máis fácil que me toque o pleno ó quince que ver un político que cumpra todo o que promete ou un partido libre de todos eses males que ti moi ben enumeras.

Como se soe dicir nestes caso: non entra dentro das miñas previsións desconfiar das palabras e xuramentos dos políticos e políticas... E máis cando non suben nin baixan escaleiras nos seus compromisos platónicos...

Nada é para sempre, agás a oratoria política...

Guillermo Pardo dijo...

Ojalá che toque o pleno ó quince. Ganarás máis. Saúdos.