No ha pasado ni un año desde que el Gobierno Rajoy tomó posesión y ya se está pidiendo a gritos que dimita, como se ha podido escuchar ayer en la convocatoria "Rodea el Congreso".
Se puede pedir lo que se quiera, la cuestión es si hay argumentos sólidos para que se conceda. En el caso de Rajoy y los suyos, que ya en la etapa de Aznar evidenciaron actitudes patrimonialistas con respecto al país y al Estado, sobran motivos no ya para pedirles que se vayan, sino para exigírselo. Veamos:
Cuando un aspirante a la gobernanza de un país se muestra desleal con las instituciones del Estado, las utiliza aviesamente para alcanzar el poder, fomenta el engaño, siembra la ilusión e incumple reiteradamente sus compromisos, no tiene más salida digna, honrosa y democrática que la de la dimisión.
Mariano Rajoy y los suyos azuzaron, denigraron, insultaron, menospreciaron y traicionaron al anterior Gobierno con la única intención de ocupar su puesto, a sabiendas de que no se podía gobernar de espaldas a los dueños de la economía mundial.
Mariano Rajoy y los suyos no sólo no hicieron lo contrario de lo que Zapatero y los suyos, sino que además mintieron cuando aseguraron que ellos no subirían el IVA ni las tasas universitarias, no aplicarían el copago sanitario, no harían otra reforma laboral ni abaratarían el despido, tampoco subirían el IRPF ni el IBI ni gravarían el ahorro familiar, no perdonarían a los grandes defraudadores fiscales, no pedirían rescates financieros, no se quejarían de la herencia recibida ni culparían a los socialistas, no dejarían que les dijesen lo que tienen que hacer, no recortarían derechos sociales ni partidas presupuestarias para la educación, la sanidad o la ayuda a la dependencia, no se esconderían y se presentarían puntualmente ante el Parlamento para dar explicaciones de sus actos de gobierno, y no impondrían su mayoría absoluta.
En países de trayectoria democrática, esbozar siquiera un listado así sería imposible. ¡E impensable en apenas un año de gobierno!
Pero hay mucho más. Por ejemplo, que se utilice la televisión pública como instrumento ideológico y partidista, que se emplee a la policía para intimidar, amenazar y maltratar a la ciudadanía -la verdadera culpable, según la propaganda oficial- o que el presidente dé otra vez la espalda a la realidad y nos salga con la monserga de Gibraltar cuando Cataluña hierve y Madrid se quema.
Gobernantes así no representan la voluntad popular. No se les ha elegido para que perviertan y corrompan la esencia del ejercicio democrático. Rodear el Congreso de los Diputados, protestar en la calle, opinar en la prensa, hablar limpia y libremente son ejercicios democráticos esenciales que siempre han sido vilipendiados por los Gobiernos de Aznar y ahora por el de Rajoy.
En un país de profunda tradición democrática solo esto último sería suficiente para exigir la dimisión de sus gobernantes.
MigraMundo
La necesidad no es un capricho, sino una urgencia que resolver
miércoles, 26 de septiembre de 2012
viernes, 21 de septiembre de 2012
La tartera, símbolo de actividad social
Es verdad, mi verdad, que si no te mueves no despejas el camino.
No es ninguna cita, solo se me acaba de ocurrir leyendo la historia de Martha Payne y su iniciativa de fotografiar su bandeja de comida y las de sus compañeros de colegio, escribir sobre ello y publicarlo en su blog. Así pudo contribuir, con apenas 10 años, a la construcción de una escuela en Malawi. Mucho más de lo que muchos hemos logrado en medio siglo de vida escasamente biografiable.
Uno de los efectos más llamativos que tuvo la iniciativa de Martha fue el sarpullido que su inocente iniciativa provocó en el poder político de su comunidad, siempre celoso, como todos los poderes, de procurar el control y buen gobierno de las acometidas de sus gobernados, cada vez más dóciles en su papel de súbditos. Pero mira por dónde algunos que se resisten a abandonar su condición de ciudadanos han hecho recular al poder político y, con ello, conseguir que Martha pueda hacer libremente lo que le gusta y, además, mantener esa virtud que en los niños no tiene doblez ni condicionantes: la solidaridad.
Las bandejas de comida en los colegios -las tarteras, los táper, las potas- se han puesto de moda para demostrar que es simplemente falso que "menos es más" o que sea posible "hacer más con menos". Los milagros con panes y peces no existen.
Ahora las tarteras no son solo meros utensilios de provecho. También son armas arrojadizas contra la desfachatez de no pocos dirigentes y símbolo de insospechadas, asombrosas y felices actividades sociales.
No es ninguna cita, solo se me acaba de ocurrir leyendo la historia de Martha Payne y su iniciativa de fotografiar su bandeja de comida y las de sus compañeros de colegio, escribir sobre ello y publicarlo en su blog. Así pudo contribuir, con apenas 10 años, a la construcción de una escuela en Malawi. Mucho más de lo que muchos hemos logrado en medio siglo de vida escasamente biografiable.
Uno de los efectos más llamativos que tuvo la iniciativa de Martha fue el sarpullido que su inocente iniciativa provocó en el poder político de su comunidad, siempre celoso, como todos los poderes, de procurar el control y buen gobierno de las acometidas de sus gobernados, cada vez más dóciles en su papel de súbditos. Pero mira por dónde algunos que se resisten a abandonar su condición de ciudadanos han hecho recular al poder político y, con ello, conseguir que Martha pueda hacer libremente lo que le gusta y, además, mantener esa virtud que en los niños no tiene doblez ni condicionantes: la solidaridad.
Las bandejas de comida en los colegios -las tarteras, los táper, las potas- se han puesto de moda para demostrar que es simplemente falso que "menos es más" o que sea posible "hacer más con menos". Los milagros con panes y peces no existen.
Ahora las tarteras no son solo meros utensilios de provecho. También son armas arrojadizas contra la desfachatez de no pocos dirigentes y símbolo de insospechadas, asombrosas y felices actividades sociales.
martes, 22 de mayo de 2012
El libro que echa humo
El tabaco manufacturado nunca ha sido un producto saludable, por mucho y glamuroso márqueting que las empresas tabacaleras hayan producido y aireado gracias a los miles de millones de dólares aportados por los consumidores.
Y nunca ha sido un producto saludable porque siempre se ha reforzado su composición química con el propósito de que los consumidores lo sean más todavía, hasta convertirlos en adictos compulsivos y totalmente entregados a esa máquina de hacer dinero que los Estados utilizan para engordar sus erarios y, como si fuese la cosa más natural del mundo, financiar campañas antitabaco de lo más hipócrita. Por una parte se autoriza la comercialización, y por otra se aconseja no fumar por razones de salud e incluso se prohíbe.
Cada cierto tiempo aparecen publicaciones que tratan de alertarnos de estos hechos y nos recuerdan -porque, en esencia, ya lo sabíamos- que las multinacionales tabaqueras no solo financian poderosos grupos de presión en favor de su causa, sino que crean toda una maquinaria intoxicadora -también en este sentido- con la que pretenden hacernos un poco más ignorantes.
El profesor Robert Proctor, de la Universidad de Stanford, acaba de publicar un libro que habla de estas y otras muchas cosas relacionadas con el consumo de tabaco. Un libro que, por cierto, echa humo en vista del interés de las tabacaleras en que no se publique.
¿Por qué? Porque "le echan cosas a los cigarrillos que no permiten en la comida para perros", afirma el autor, quien desvela además qué materias de origen químico o animal contiene el tabaco manufacturado.
En fin, que comer pienso canino es mejor que fumar ese otro tipo de cosas.
Y nunca ha sido un producto saludable porque siempre se ha reforzado su composición química con el propósito de que los consumidores lo sean más todavía, hasta convertirlos en adictos compulsivos y totalmente entregados a esa máquina de hacer dinero que los Estados utilizan para engordar sus erarios y, como si fuese la cosa más natural del mundo, financiar campañas antitabaco de lo más hipócrita. Por una parte se autoriza la comercialización, y por otra se aconseja no fumar por razones de salud e incluso se prohíbe.
Cada cierto tiempo aparecen publicaciones que tratan de alertarnos de estos hechos y nos recuerdan -porque, en esencia, ya lo sabíamos- que las multinacionales tabaqueras no solo financian poderosos grupos de presión en favor de su causa, sino que crean toda una maquinaria intoxicadora -también en este sentido- con la que pretenden hacernos un poco más ignorantes.
El profesor Robert Proctor, de la Universidad de Stanford, acaba de publicar un libro que habla de estas y otras muchas cosas relacionadas con el consumo de tabaco. Un libro que, por cierto, echa humo en vista del interés de las tabacaleras en que no se publique.
¿Por qué? Porque "le echan cosas a los cigarrillos que no permiten en la comida para perros", afirma el autor, quien desvela además qué materias de origen químico o animal contiene el tabaco manufacturado.
En fin, que comer pienso canino es mejor que fumar ese otro tipo de cosas.
lunes, 21 de mayo de 2012
El podador
Italia fue cuna de un abominable dictador.
Alemania nos enseñó de lo que es capaz un exterminador.
Estados Unidos tuvo como presidente a un buen negociador.
Incluso Hollywood creó un atractivo pacificador.
¿Y España? ¿Qué nos deja España?
¿Un obediente podador?
jueves, 17 de mayo de 2012
"¡Manda cojones!"
Pocas palabras de la lengua española expresan tal variedad y riqueza semántica como "cojones", que, contrariamente a lo que sucede con otras muchas, nunca deja de estar de moda. La comprobación es sencilla.
Ahora mismo, por ejemplo, toda España la pronuncia al unísono en su acepción más próxima a la incredulidad: "¡Manda cojones!"
Ahora mismo, por ejemplo, toda España la pronuncia al unísono en su acepción más próxima a la incredulidad: "¡Manda cojones!"
martes, 15 de mayo de 2012
Oficio de periodista
Hojeando y leyendo me encuentro con este pensamiento atribuido a Jacinto Benavente:
"Hay que ser constantes traperos en el montón de las mentiras para encontrar de tarde en tarde alguna verdad".
Inmediatamente lo asocié al oficio de periodista -cada día peor valorado- y, acto seguido, al legado que nos dejan los especialistas en agrandar el montón.
¡Qué difícil es ser periodista!
"Hay que ser constantes traperos en el montón de las mentiras para encontrar de tarde en tarde alguna verdad".
Inmediatamente lo asocié al oficio de periodista -cada día peor valorado- y, acto seguido, al legado que nos dejan los especialistas en agrandar el montón.
¡Qué difícil es ser periodista!
jueves, 10 de mayo de 2012
Toque de queda al 15-M o cómo adaptar la Constitución a la coyuntura
Entre los argumentos expuestos por la Delegación del Gobierno en Madrid para limitar las concentraciones previstas para el sábado por el Movimiento 15-M hay dos que llaman especialmente la atención:
-Evitar inconvenientes a comerciantes y turistas, por lo que se fija un límite horario para las concentraciones (lo que recuerda a los toques de queda propios de los regímenes totalitarios).
-Evitar la "mala imagen" que se puede dar de Madrid cuando "los mercados están pendientes de nosotros".
A la vista de semejantes criterios para limitar o impedir la concentración ininterrumpida desde las 00 horas del día 12 a las 23.59 del 15 de mayo, como han pedido los solicitantes, el Parlamento probablemente debería plantearse incluir añadidos en el articulado de la Constitución referido al derecho de reunión, de tal manera que en el artículo 10 del capítulo IV quede claro lo siguiente:
-La autoridad gubernativa podrá modificar la fecha, lugar, duración o itinerario de la reunión y manifestación si ocasiona inconvenientes a comerciantes y turistas, así como si da mala imagen del país a los mercados financieros.
De antecedentes tanto o más escandalosos ya hemos sido testigos.
-Evitar inconvenientes a comerciantes y turistas, por lo que se fija un límite horario para las concentraciones (lo que recuerda a los toques de queda propios de los regímenes totalitarios).
-Evitar la "mala imagen" que se puede dar de Madrid cuando "los mercados están pendientes de nosotros".
A la vista de semejantes criterios para limitar o impedir la concentración ininterrumpida desde las 00 horas del día 12 a las 23.59 del 15 de mayo, como han pedido los solicitantes, el Parlamento probablemente debería plantearse incluir añadidos en el articulado de la Constitución referido al derecho de reunión, de tal manera que en el artículo 10 del capítulo IV quede claro lo siguiente:
-La autoridad gubernativa podrá modificar la fecha, lugar, duración o itinerario de la reunión y manifestación si ocasiona inconvenientes a comerciantes y turistas, así como si da mala imagen del país a los mercados financieros.
De antecedentes tanto o más escandalosos ya hemos sido testigos.
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