viernes, 30 de enero de 2009

En España también se cuecen negros

Los recientes sucesos ocurridos en Lampedusa vuelven a arrojar luz sobre las oscuras condiciones en que se mantienen a los inmigrantes confinados en los llamados, en España, centros de internamiento de extranjeros, sobradamente desbordados en su capacidad desde el momento mismo en que se crearon, al amparo de la primera ley de extranjería, en 1985.
La fuga y posterior manifestación de unas 2.000 personas de uno de esos centros ubicado en la isla italiana no es más que la consecuencia de la aplicación gubernamental de un régimen carcelario sin derechos que atenta contra personas que no han cometido ningún delito, aplicación favorecida e impulsada con la aprobación de la tristemente célebre directiva comunitaria de retorno, respaldada con los votos de los eurodiputados socialistas españoles, salvo honrosas excepciones. Los inmigrantes participantes en esos hechos, apoyados por los residentes en la isla, hicieron lo que cualquiera con dignidad habría hecho: rebelarse contra las condiciones de hacinamiento e injusticia a que se les somete.
El caso de Lampedusa ni es nuevo ni único. En los centros de internamiento de la España del talante y el buen rollito, a los que perfectamente se puede llamar cárceles administrativas y que expertos europeos calificaron como "deplorables", también se cuecen negros. Utilizo este verbo porque siete de esas nueve cárceles "oficiales" están ubicadas en Las Palmas (2), Tenerife, Málaga, Valencia, Murcia y Algeciras, sin contar la terminal del aeropuerto de Lanzarote, los centros de "estancia temporal" de Ceuta y Melilla y los de "retención informales" situados sobre todo en Canarias y Almería. Lugares "muy frescos" que comparten un degradante denominador común: el hacinamiento humano y las pésimas condiciones de higiene y salubridad. El último informe de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía lo corrobora. Y utilizo el término "negros" en oposición semántica al término "blancos", porque, a través de nuestras instituciones comunitarias y nacionales, de alguna manera ejercemos de involuntarios "carceleros" de aquéllos.
Esas condiciones de vergonzosa subsistencia en un país cuyo Gobierno se considera paladín de los derechos de las personas derivaron y derivan en problemas como los ocurridos en Lampedusa. Por ejemplo, en agosto de 2006 se amotinaron medio centenar de inmigrantes en el centro de Zapadores (Valencia), mientras del de la Zona Franca barcelonesa se escaparon 35 en el 2007 y en el de Fuerteventura hubo varios heridos a causa de una revuelta. Si a este escaso muestrario añadimos la lista negra de incidentes en el siniestro centro de Capuchinos (Málaga), el panorama de los campos de concentración españoles de inmigrantes queda, también siniestramente, dibujado. Según datos del Ministerio del Interior, en 2007 había en esos centros 18.057 internos, cuando su capacidad no llega a las 2.300 plazas. Esa cifra da una idea, aunque sea aproximada, de la magnitud de la afrenta pública.
En la Unión Europea están reconocidos 174 centros de internamiento y retención, que no bajan de 300 si se incluyen los existentes en países fronterizos, mediterráneos y africanos, según se refleja en el "Mapa de los campos de la UE", elaborado por Migreurop. Tal proliferación de lugares degradantes es producto de las políticas comunitarias de persecución de la inmigración irregular, que han convertido el encierro sistemático de inmigrantes indocumentados en uno de los principales instrumentos para combatir el fenómeno.
Lo peor de todo, desde el punto de vista jurídico, es que en esos centros, que el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Barcelona califica de "inconstitucionales", se detiene a las personas por lo que son y no por lo que han hecho. El extranjero irregular no está detenido, sino retenido preventivamente por una falta administrativa: no tener los papeles requeridos a la espera de ser repatriado, devuelto a la frontera o de una sanción de expulsión.
Estos días se habla mucho del limbo jurídico, y humano, de Guantánamo, sobre el que ha fijado su punto de mira el nuevo presidente norteamericano. España y Europa también necesitan un Obama que se proponga cerrar sus guantánamos.

Foto: Inmigrantes confinados en un centro de las Canarias

jueves, 29 de enero de 2009

Bajo la lluvia y sin paraguas

La democracia mediática que padecemos ha decidido atajar la recesión por sus síntomas, prometiéndole a los ciudadanos que, por fuerte que sean los vientos, siempre estará «papá Estado» para mantener nuestros niveles de consumo y bienestar. Y, en aras de ese objetivo utópico e insensato, se ha iniciado la protección de sectores industriales sobredimensionados, la continuidad de los mercados no competitivos, la convalidación de iniciativas familiares o individuales irresponsables, la capitalización de bancos fraudulentos, y la bendición de las burbujas económicas de toda especie. Y por eso pueden pasar de largo todos los vendavales económicos que lanza el capitalismo de mercado para librarse de la basura financiera y productiva acumulada en el sistema.
Aunque sea una brutalidad decirlo, la crisis que padecemos era necesaria. [+ Xosé Luis Barreiro]

Viñeta: Pinto & Chinto en La Voz de Galicia

Esperpento XXI

[...] ¿Tiene algún sentido, en los albores del siglo XXI, regresar a Valle-Inclán y, más concretamente, revisitar sobre el escenario sus Luces de bohemia? [...] Mirémonos por un momento ante el espejo. ¿De qué viejos tópicos se nutre hoy nuestra sociedad? ¿Acaso en su modelo más arraigado no seguimos representando tantos de nosotros el rol de Max Estrella ―fiel reflejo de la frustración ensoñadora―, de don Latino ―quien, tras su ambición desmesurada, es el único que, a la postre, comprende a su amigo―, de Enriqueta La Pisa Bien, de don Gay, y de tantos otros personajes que aparecen en la obra y que son imagen ―distorsionada, sí, pero la imagen― de esta especie de país en el que andamos un poco todos más revueltos que juntos?

Manuel Ortiz en Apuntes de bolsillo

Imgen: José María Rodero y Luis Lucena, como Max Estrella
y don Latino, dirigidos por Lluís Pasqual

martes, 27 de enero de 2009

"Jamás descuides tus sueños"

Fue así, exactamente así, como os lo cuento. Ocurrió una madrugada en El Corzo. Recuerdo que sonaba una canción apenas más rápida que el silencio, algo casi tan lento como el suelo. Fue la primera vez que bailé con ella. Era la chica más interesante del local, hablaba poco, raras veces se reía y a veces le brillaban los ojos como si fuese a llorar. Me pareció que atravesaba ese preciso instante de ofuscación y angustia en el que una mujer no sabe muy bien si necesita una copa, un hombre o un pañuelo de las narices. A lo mejor es que acababa de cumplir cuarenta años, que es una cosa que en determinadas circunstancias las mujeres desdichadas cumplen cada diez minutos. Como cualquier otra noche, yo mataba el tiempo tomando apuntes en un posavasos con una letra desganada que parecía la soga de un ahorcado. Entonces aproveché la mano del barman para hacerle llegar un comentario: "Jamás descuides tus sueños. Incluso en medio de la peor tormenta, de un velero a pique siempre se salvan las gaviotas". "De verdad que no me ocurre nada", dijo ella con ese convencimiento que ponen las mujeres cuando verdaderamente les ocurre algo. "Me encuentro bien, pero no me importaría pasar un mal rato si a cambio me siguieses enviando notas como esta". Le dije que lo había hecho a cambio de nada y sin esperar la menor utilidad, incluso sin la pretensión de consolarla. "Es mi manera de ser, ¿sabes? Se me ocurre una idea, tomo un apunte rápido, doblo el papel, lo meto en el bolsillo y lo normal es que sólo lo lea la lavadora. Desde luego no pretendía consolarte. No es mi estilo. No creo que sea bueno entrometerse en la tristeza ajena. El mundo lo movieron siempre las personas con problemas, la gente aterida de miedo, de pena o de frío o de dolor. De ellos salen la poesía, la música, el arte. ¿Sabes?, yo creo que de la gente feliz sólo puedes esperar una barbacoa o un mambo". No me pareció que aceptase mi opinión con mucho convencimiento. Insistí: "Fíjate en el odioso sentido práctico de la gente cartesiana. La luz eléctrica fue un gran invento para la industria, pero el verdadero sentido literario lo alcanza la luz cuando la apaga el poeta, un tipo a menudo triste y ensimismado que vive convencido de que una mujer alcanza el techo de su belleza cuando se mira al espejo y descubre que en su rostro acababa de comenzar la serena y conmemorativa luz de su pasado". "Lo que ocurre es que a veces no nos gusta nuestro pasado, ¿no crees?". Era tarde y me costaba razonar, pero hice un esfuerzo porque "el pasado es una cosa que uno maneja a su antojo, de modo que puedes reconstruirlo a tu medida, a la medida de tus sueños, como ocurre cuando viajas mucho y con el paso del tiempo recuerdas haber encontrado en Nueva York una calle de París repleta de taxis azules de Praga conducidos por paquistaníes de habla hispana... y eso, amiga mía, ocurre de manera tan inexplicable como el hecho insólito de haber vomitado lentejas aquella maldita noche que te sentó mal el pollo de la cena". Fue entonces cuando Tino pinchó adrede para mí una hermosa canción de Frank Sinatra. En el espejo de la barra brillaba en "off" la invertebrada luz de los cigarros. "Es nuestro momento, amiga. No tendremos otra ocasión como esta. Es música para dos corazones en voz baja". Se lo dije como lo sentía. Aquella noche en El Corzo Sinatra sonaba como si Tino hubiese pinchado Didn't we con la aguja de la acupuntura. Era muy tarde y la manida luz del local olía como la sombra de un naranjo. Estábamos solos en la pista. Marta se recogió en mis brazos y yo apoyé mi pecho en el portal de mi espalda. Recuerdo aquello como haber pasado de puntillas con ella sobre los ojos de un niño dormido. Conservo de aquella noche un recuerdo imborrable y una nota escrita en su ausencia con la letra fosca y espinosa de un hombre cansado: "Supongo que era por ella por quien esperaba Dios en el tocador de señoras...".

José Luis Alvite
, Áspero y sentimental, Ézaro, Madrid, 2008

domingo, 25 de enero de 2009

Sutil diálogo entre amantes irreconciliables

Él (recibiéndola):
-Cada día te veo más vieja.

Ella (acercándosele):
-Y tú estás cada vez más calvo. Llongueras no acaba de encontrarte la fórmula. Es una lástima, tan mono como estabas cuando te conocí...

Él (antes de estrecharla en sus brazos):
-Mujer, no digas maldades. Sabes que siempre he querido envenenarte, pero tú no te dejas. Siempre has tenido fama de estrecha.

Ella (a punto ya de tocar su pecho):
-Percibo que has pasado la noche otra vez fuera de casa. Hueles a leña de otro hogar. ¿Cómo puedo perdonarte si eres capaz de revolcarte con cualquiera con tal de humillarme?

Él (abrazándola):
-Te juro que nunca ha habido nadie más que tú. Mi empeño en apuñalarte sigue intacto, como el primer día. Por cierto, sigues oliendo fatal. Deberías, querida, pedirle al mayordomo que renueve tu fondo de baúl, aunque dudo que encuentre algo adecuado para tu ajada piel.

Ella (apoyando su cabeza en su hombro):
-Siempre has sido cruel conmigo, yo que en todo momento me he esforzado por echarte a los perros, por emponzoñar tu sagrada familia, por aliviar la envidia de tus enemigos y poner en duda la confianza de tus amigos.

Él (susurrándole al oído):
-Quevedo diría de ti, que con soberbia y gravedad caminas, que eres asco, tierra y gusanos.

Ella (mordiéndole el lóbulo):
-Y a ti, amor, te llamaría fantástica escoria eminente.

Él (apartándola con suavidad):
-Disimula, que nos están mirando y fotografiando. Sonríeme y olvídame.

Ella (tocándole levemente los brazos y mirándolo con ternura):
-Cuélgate, por favor. Y ahora, mírame y dime algo bonito. ¡La foto!

Imagen: Benito Ordóñez / La Voz de Galicia

Sólo para adultos (responsables)

Si sois de esas madres y/o padres enrollados que soléis compartir el ordenador con vuestros hijos, aunque sólo sea los domingos, y además sois consumidores habituales de migramundicina en grandes dosis, os aconsejo que enviéis a los niños a por el periódico antes de pulsar el play de este ingenioso vídeo. No es por joder (con perdón), pero puede herir sensibilidades. ¡Salud!

sábado, 24 de enero de 2009

El Prado se exhibe en Google Earth

Desde hace diez días Google Earth permite a los internautas explorar las imágenes fotográficas de catorce obras expuestas en el Museo del Prado.
Mediante las funcionalidades de este servicio, quienes accedan a él pueden observar hasta los detalles más pequeños de obras maestras de autores como Rubens, Velázquez, Durero o Rembrandt.
El sistema incluye modelos en tres dimensiones que transmiten la sensación de sobrevolar el museo y la impresión de estar dentro de él. Interesante y divertido.

Imagen: Detalle de El jardín de las delicias (1503-04) /El Bosco

viernes, 23 de enero de 2009

No lo tires: ¡regálalo!

En tiempos de crisis viene muy bien aprovechar al máximo las cosas, lo que quizá no nos resulte fácil acostumbrados como estamos a tirar lo que creemos no necesitar.
Solemos equivocamos cuando desechamos lo que consideramos superfluo: siempre hay alguien que lo necesita o que es capaz de ver utilidades donde uno no ve más que estorbos.
En nolotiro.com lo tienen claro y ponen a disposición pública un espacio que da nuevas oportunidades a lo que corría riesgo de convertirse en basura, que de ese modo se transforma en regalo.

jueves, 22 de enero de 2009

¿244 chinos en un piso? Sí, en Lugo

Resulta difícil de creer, cuando menos de imaginar, pero se ha comprobado que en un piso de Lugo fueron empadronados y residieron 244 inmigrantes chinos, como parte de una trama que les proporcionaba el carné de conducir a cambio de dinero.
Lo que no está claro es si en algún momento llegaron a "convivir" los 244 al mismo tiempo, ni se conoce la superficie del piso. Esos datos no son relevantes para los investigadores, pero sí pueden serlo para el resto de los humanos porque ayudan a construir imágenes y a sensibilizarse ante la desgracia. Podemos imaginarnos a 244 personas alojadas en un pabellón deportivo, por ejemplo, pero difícilmente a semejante número en un espacio de 70 metros cuadrados. ¿Cómo me sentiría yo en tales condiciones?
Las estafas tienen mucho de humillación por lo que tienen de engaño, de burla a la inteligencia, pero el hacinamiento implica un componente de degradación que atenta directamente contra la dignidad personal.
Con esta gente se cometía el doble delito de estafa y humillación, como si no fuese suficiente delito haberles dado el carné de conducir sin que supiesen leer ni escribir en español.
La codicia convierte a los humanos en bestias patéticas, como aquel coordinador de Tráfico de Albacete condenado por señalar, también a inmigrantes chinos, las respuestas del examen de conducir con un bolígrafo: si lo colocaba a la altura de la cabeza, la respuesta era la A; si lo ponía en la cintura, la B y si lo sujetaba con el brazo caído, la C. ¿No es patético?

Antecedentes periodísticos

miércoles, 21 de enero de 2009

Y Obama caldeó el ambiente...

Cuando Ronald Reagan tomó posesión como presidente de los Estados Unidos, el frío congelaba Washington a veinte grados bajo cero. El nuevo inquilino de la Casa Blanca tuvo, entonces, que prestar juramento dentro del Capitolio.
Con Kennedy, el clima fue más benévolo: sólo siete bajo cero. El antiguo senador por Massachussets, haciendo gala de su jovialidad y resolución, se quitó el abrigo para pronunciar su discurso... aunque bajo la camisa llevaba una camiseta térmica.
No se sabe si Obama la llevaba o no cuando ayer juró su cargo. Lo que se sabe es que millones de personas soportaron temperaturas de diez bajo cero para escucharlo.
Obama se encargó de caldear aquel gélido ambiente con un discurso no para la galería, sino para la mayoría que lo eligió, que lo premió con aclamaciones, en contraste con el no menos gélido silencio con que recibió al denostado George W. Bush. He aquí una primera y significativa imagen para la historia.
El discurso del primer presidente negro de los Estados Unidos se construyó en plural. Esto es importante para entender el sentido de sus palabras.
Barack Obama no ha iniciado este viaje solo. No quiere hacerlo solo. Es la cabeza visible de un pueblo que lo señaló para que lo gobierne en una etapa especialmente complicada, y a ese pueblo se dirigió y apeló reiteradamente, mediante el reiterado uso del pronombre "nosotros", para, "juntos", hacer frente "a la tarea que tenemos por delante". Su alocución no fue la de un líder que exhorta al mundo a seguirle, sino la de un hombre cuyo padre no podría haber trabajado, por negro, ni en un restaurante hasta hace menos de sesenta años. Millones de norteamericanos recuerdan muy bien ese pasado reciente. Obama hablaba, pues, para su gente. Recurría a la memoria. El otro discurso, el de la política exterior, vendrá a partir de ahora.
No se dirigía al mundo cuando invitaba a recuperar los "valores verdaderos", sino a sus compatriotas para que retornen a "esas verdades" frente a la "falsa opción entre nuestra seguridad y nuestros ideales".
Muchos estadounidenses no saben dónde queda España, pero saben quiénes fueron los fundadores de su país. Por eso Obama eligió a George Washington para culminar su empático discurso: "Que se diga al mundo del futuro... que en la profundidad del invierno [...] la ciudad y el país, acechados por un peligro común, salieron a enfrentarlo". Fue una llamada a la épica nacional. ¿Cómo se puede levantar el orgullo de un pueblo si no es mediante el recurso al patriotismo? ¿Hay algún pueblo más patriota que el estadounidense?
Obama llamó a hacer frente al invierno de la crisis económica, a la pérdida de confianza, a los "graves y numerosos" desafíos que tiene su país. No utilizó para ello la artificiosidad del adjetivo, sino la contundencia del sustantivo. Hacerlo al revés hubiera trufado de metáforas su discurso y vaciado de contenido sus palabras.
No excluyó a nadie, de ahí sus referencias a la multiculturalidad, sin eufemismos: "Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes y de no creyentes". En ese trabajo "común" de "recomenzar la tarea de reconstruir el país" lo que se requiere de "nosotros ahora es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento por parte de cada estadounidense de que tenemos deberes para con nosotros mismos".
No conozco a nadie que prorrumpa en aplausos cuando le llaman a trabajar. La gente debe percibir que algo va muy mal cuando aclama al jefe en el momento en que éste le pinta un panorama tan sombrío. Obama les dijo que está dispuesto a plantar cara a la gelidez económica, y ellos plantaron cara a la gelidez climática para escucharle. Pese a los diez grados bajo cero. Otra imagen para la historia.
¿Alguien recuerda un discurso de nuestros políticos en que se haya apelado tan directamente a la conciencia y a la responsabilidad cívicas? ¿Cómo podemos comparar nuestro sentido de la democracia, del deber o del patriotismo con el de los estadounidenses?
Sólo en ese contexto se pueden entender las palabras de Obama y el recibimiento que tuvieron entre los suyos.

Foto: Stan Honda/AFP/The Big Picture/The Boston Globe

Radiocable: Internet opina sobre el discurso de Obama


Fe de erratas: En la traducción del discurso de Obama al español se atribuye a George Washington una cita que, en realidad, corresponde al revolucionario norteamericano Thomas Paine, según relata Pablo González en La Voz de Galicia.

lunes, 19 de enero de 2009

¿Es Obama un redentor?

El mundo se prepara para dar carpetazo a la era Bush y para abrir la puerta a los aires de renovación y regeneración que supuestamente trae Obama en su retórica mochila.
Después de leer lo que he leído sobre el nuevo presidente norteamericano y su línea de trabajo, después de leer y escuchar opiniones de todo tipo sobre lo que va a hacer y lo que no podrá hacer, después de ver y percibir la expectación que despierta su toma de posesión y su mandato, es deseable que Obama no sea otro bluf a los que nos tiene acostumbrados la política.
Porque, o mucho me equivoco, o el 44 presidente de los Estados Unidos es considerado por muchos un redentor, el héroe que va camino de convertirse en dios para redimirnos. Si eso es así, cabe preguntarse: ¿necesitamos un redentor?, ¿qué sacrificios tendrá que hacer para demostrarlo?, ¿cuáles tendremos que hacer nosotros?, ¿los aceptaremos y aceptaremos, dado el caso, ser incluso sacrificados?, ¿cómo es posible que después de lo que nos ha enseñado la historia, gran parte de la humanidad confíe su destino al error o al acierto de un hombre?, ¿cómo es posible que después de todos los desengaños vividos el mundo no sea capaz de gobernarse sin tutela?
Creo, en líneas generales, que muchas personas esperan milagros de Obama, al que ven como salvador de una situación que se ha ido deteriorando porque, en buena medida, no hemos sabido afrontarla con la responsabilidad y el sentido común que como individuos nos corresponde.
No hay que olvidar que Bush fue elegido para un segundo mandato cuando ya se sabía quién es y hacia dónde conduciría su forma de gobernar. No hay que olvidar que mientras las vacas engordaban contribuimos a exprimirlas hasta los límites actuales echando mano de todos los recursos a nuestro alcance.
No, no somos responsables últimos ni formalmente directos de las guerras, ni de las hipotecas basura, ni de la burbuja inmobiliaria, ni del cambio climático, ni del hambre o la pobreza, de la tortura o las estafas multimillonarias, pero somos responsables de no ser capaces de controlar nuestra vanidad, nuestras ansias de posesión, nuestro consumo sin límites, de vivir con exceso en la banalidad de lo superfluo. No, no es necesario arrojarse en brazos de doctrinas estoicas para vivir con dignidad, basta con tener la cabeza en su sitio. Las orejas del lobo son grandes. Por eso, millones de personas esperan que Obama haga nuestro trabajo y asuma también nuestra responsabilidad como ciudadanos del mundo. Así no vamos a ninguna parte que no sea directo a nuestra propia ruina como civilización.
Obama es tan mortal como cualquiera. Lo bueno de su llegada al trono es el destronamiento de Bush, aunque no se sabe si también de lo que representa. Lo peor es que si lo consideramos un redentor, es que somos conscientes de que necesitamos ser redimidos. Y no es bueno creer en milagros: le alejan a uno de su conciencia cívica.

Imagen: Multitudinario mitin de Obama en San Luis, el 12 de octubre de 2008 / Jae C. Hong. AP Photo /The Big Picture / The Boston Globe

La Huella Digital: Bye, bye, Bush
Testigo accidental: Obama no chana
Im-Pulso: Un canto a la esperanza. ¡Poco más!
Radio Cable: Los retos de Obama según la blogosfera

sábado, 17 de enero de 2009

"Fenáticos"

En otro tiempo la fe se predicaba a pie de obra y se humedecían los caminos con saliva sudada. Los predicadores se entregaban a una tarea cuya recompensa era la convicción de que se ocuparía un lugar de privilegio a la derecha del jefe una vez ganada la jubilación eterna.
Hoy la fe es un artículo mercantil que se promociona en los autobuses en pie de igualdad con las salas de fiestas, las barras de labios o las rebajas, de tal modo que uno puede fácilmente imaginarse a un "enviado" cualquiera exhortando al busero: "Para por ahí, Taboada, que voy a largar un speech divino".
En otro tiempo la fe era cuestión de quilates espirituales, cuyo único tesoro se forjaba en los altos hornos del alma, avivados por el fuego de los iluminados que se consideraban a sí mismos los fogoneros y la vanguardia de dios.
Hoy la fe es un negocio bien engrasado no a fuerza de mover montañas, sino montones de oro con destino a evangélicas cajas fuertes que desde sagrados despachos bendicen predicadores de recatada filiación y gozosa codicia.
Hoy como ayer, el más grave pecado de los "fenáticos" es su falta de templanza.

Imagen: Dave Nitsche

jueves, 15 de enero de 2009

De tapones y golums

Escribe Nacho de la Fuente:

"Hablo de la Generación Tapón, esa que en tantos sectores profesionales tapona y ningunea a los más jóvenes y mileuristas de sus plantillas para proteger sus cotizados altos cargos. Esos que detestan desde la ignorancia cualquier innovación, esos que nunca escuchan, esos que hacen oídos sordos cuando suena el tópico de "renovarse o morir". Esos que echan pestes hacia Internet y los nuevos medios sociales desde su absoluta ignorancia y que se traduce en un temor supino hacia algo que no quieren aprender. ¿Para qué? Desde sus despachos y sus automóviles "full equip" no tienen por qué hacer caso a los niñatos y listillos que pululan por sus empresas. Ni 2.0 ni 3.0 ni leches enteras o desnatadas".
[+] La Huella Digital.

Coincido plenamente con este punto de vista sobre las envidias profesionales y los "tapones" enquistados en la fontanería de no pocas empresas.
Ni Escolar ni Varela necesitan defensa (profesional) alguna porque a la vista está su trayectoria, pero sí necesitan el respeto y la consideración que muchos les niegan, seguramente por ese estúpido afán tan vilmente humano de solazarse en la caída ajena.
Respeto y consideración que les niegan porque quienes se regodean en el fracaso no han sabido ni saben aprender del trabajo bien hecho ni apreciar el valor del conocimiento. Y es cierto, están en todas partes, son legión que no sólo desconocen el oficio, sino que además se pirran por dinamitar el posible beneficio ajeno.
Son la cloaca de la especie, los tapones (en acertada definición de Nacho) que impiden que se renueve el agua y se purifique el aire del sistema empresarial, el golum de las catacumbas profesionales, cuyo mayor tesoro es el retorcido trazado que dibuja la bilis corrompida por sus corazones.

martes, 13 de enero de 2009

La paradoja de la judicatura

Las asociaciones que agrupan a los jueces españoles anuncian una convocatoria de huelga si el Gobierno no atiende sus reivindicaciones, centradas en ocho apartados.
Nada que objetar al derecho a la huelga. Sin embargo, llama la atención que un colectivo de privilegiados como este lance semejante ultimátum escudándose en un articulado que, en buena parte, bien podría haberse reivindicado cuando Larra escribió aquello de "Vuelva usted mañana...".
Porque si bien es cierto que hay muchas cosas que reivindicar y mejorar, ninguna de ellas es flor de un día, sino de decenios de desidia y atraso. Porque si bien es cierto que se cargan las tintas y reclamaciones, injustas muchas veces, sobre jueces de remotas instancias sobrecargados de casos, también lo es que en la judicatura hay una élite que cobra buenos sueldos, goza de los mejores medios técnicos y humanos, y además de considerables privilegios. Estos son los que promueven la huelga porque son mayoría en las asociaciones judiciales.
Los jueces tienen derecho a plantear reivindicaciones, pero los ciudadanos también a que se nos imparta justicia no sólo por el libro, sino aplicando el sentido común. Sentencias judiciales hay de sobra para demostrar que esa clase de sentido se transforma muchas veces en un sinsentido. ¿Y qué ocurre cuando es así? Pues que los jueces, haciendo uso de su inveterado corporativismo, se protegen con decisiones vergonzosas e irritantes, por calificarlas decorosamente. ¿Será por eso que la Justicia se representa con una venda en los ojos?
Claro que los jueces tienen derecho a la huelga, pero los ciudadanos también deberíamos tener derecho a elegir juez y a nuestros jueces, como lo tenemos a elegir médico o diputado. ¿Por qué una sociedad que asienta su democracia en derechos universalmente reconocidos tiene en la judicatura un poder paralelo intocable para los ciudadanos?
Coincido, en este sentido, con la reflexión que esta mañana ha hecho Gaspar Llamazares en el Congreso, en referencia a la paradoja en que se desarrolla la actividad profesional de los jueces. Dice el diputado: "IU reconoce el derecho de huelga, pero hace un llamamiento a los jueces para que se aclaren sobre si son trabajadores, son corporación o son gobierno, porque entonces habrá que definir si convocan huelga, cierre patronal o si los propios jueces autogestionan los juzgados como si de reinos feudales se tratara".
Ni el agua bendita puede ser más clara.

No cotizan en bolsa

"Mi hijo no nació para morir en el mar. Ningún dios lo castigó, ninguna maldición lo obliga a ser esclavo. A mi hijo lo mata cada tarde una forma de entender el mundo, una manera criminal de gobernar en la que el ser humano no es lo prioritario porque el hombre todavía no cotiza en bolsa, porque los expoliados y olvidados no llenan los bolsillos de los mil veces malditos que condenan a muerte a mi hijo y luego besan con reverencia la moneda en donde invocan a un dios".

Pilar del Río es la esposa del escritor José Saramago

lunes, 12 de enero de 2009

¿De boquilla?

Dice la ministra de Fomento que asume su parte de responsabilidad en el aislamiento de Madrid, la inutilidad de sus vías de comunicación y el cierre de infraestructuras vitales durante la nevada de la semana pasada. Perfecto.
Ahora sólo nos falta saber de qué modo hará frente a tal responsabilidad. ¿Dimitirá? ¿Pedirá al presidente un cambio de ministerio? ¿Aspirará a la concejalía de obras públicas de su pueblo? ¿Se flagelará a escondidas o se tomará, como castigo a divinis, esa sopa que tanto odia? ¿Cómo asume sus responsabilidades un político? Los ciudadanos tenemos derecho a saberlo, ¿o no?
Cuando un cargo público hace reconocimientos de ese tipo deberían tener consecuencias, de lo contrario se quedan en declaraciones "de boquilla", en palabras huecas cuyo único sentido es capear la nevada con la ligereza del hábil y la insoportable necedad del torpe.
La señora Álvarez debería darnos una satisfacción moral, y nosotros reconocerle su valentía a la hora de dar la cara públicamente.
¿Dónde están las de Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre?

sábado, 10 de enero de 2009

Pompas de jabón

Anoche tuve un sueño en el que las guerras se hacían con silencios.
El griterío de la mudez ensordecía mis tímpanos y del cañón de mis ojos salían disparadas húmedas bombas cargadas con trilita de incienso. Era una guerra tan placentera que sucumbir al armisticio habría supuesto despertar de bruces contra una pesadilla.
Fingía morir a cada instante para sentir el algodón de las balas besar mis labios con la misma parsimonia con que la sordera de Beethoven tableteaba corcheas sobre el campo minado del pentagrama.
En mi sueño la tortura era una amante sometida a la infantil presión de un pulgar dormido en la boca, y la más grave herida, un soneto de Góngora.
Si la vida fuese sueño, en el mío las guerras serían lejanos recuerdos durmientes en las catacumbas del silencio.
Si la vida fuese sueño, en el mío israelíes y palestinos no serían más que brillantes y silentes pombas de jabón.

Imagen: Alistair Magnaldo

jueves, 8 de enero de 2009

Un plan de márketing sobre la guerra o cómo pueden salir los tiros por la culata

Miguel Anxo Murado firma en La Voz de Galicia un interesante análisis en el que explica sucintamente cómo Israel planificó su estrategia mediática, conjuntamente con su ofensiva sobre Gaza, con el fin de garantizar que se impusiese su visión del conflicto.

El plan
La estrategia informativa se prepara, al igual que la militar, con mucha antelación y se pone en marcha antes del ataque.
El Gobierno israelí ofrece a los medios informativos portavoces multilingües que repiten un número limitado de eslóganes acordados. Resultado: la relación de tiempo mediático concedido a ambos bandos favoreció a los israelíes en una proporción de 68/32.
El programa de los ataques se perfila de modo que se maximiza la estratagia comunicativa, y se pone en marcha en plenas fiestas navideñas, cuando el resto del mundo está inmerso en ellas. La atención está fijada, pues, en otro escenario.
Para garantizar el éxito de la versión propia, Israel prohíbe la entrada de periodistas en territorio palestino meses antes de la ofensiva.
Las previsibles imágenes de destrucción y muerte se contrarrestan con otras imágenes, no sangrientas, para despertar en el espectador otra clase de sentimientos.

Primer tiro por la culata
Una de esas imágenes que pretendía mostrar al enemigo con las manos en la masa mostraba, en realidad, a un grupo de trabajadores que llevaban bombonas de oxígeno en una carreta, en lugar de supuestos misiles.

Segundo tiro por la culata
El ataque contra dos escuelas del organismo de la ONU para refugiados palestinos causó decenas de muertos,niños y adultos. Israel alegó que había guerrilleros en ellas. La ONU lo negó y exigió una investigación independiente. Resultado: la prensa israelí ya empieza a hablar de que es mejor buscar el alto el fuego.

Análisis de Miguel Anxo Murado

Otros posts sobre el tema:
Im-Pulso: A propósito de la guerra en Gaza
Diario de hoy: Lectura preventiva / Propaganda en Gaza

miércoles, 7 de enero de 2009

Marcados por el hierro de la emigración

Un refrán senegalés dice que cobarde no es quien huye, sino quien se queda.
Quizá esa forma de entender la cobardía explique en parte el porqué de la emigración africana más allá de los retortijones estomacales y el deslumbramiento del neón europeo.
Una persona puede tener muchos motivos para dejar plantada a su sombra sobre el erial del desierto en que vino al mundo para luego jugarse la vida en la ruleta rusa de una travesía incierta. Juzgar es fácil, tomar decisiones exige un valor que no puede suponerse, sino que debe demostrarse.
El refrán se lo contó Sirifo Kouyate a Manuel Ramírez en un encuentro organizado por Público en Huelva. Un encuentro entre emigrantes en Bélgica y en España cuyas historias son como dos gotas de agua, aunque sus protagonistas no sean precisamente hermanos biológicos.
Manuel y Sirifo hablan de los efectos de la emigración en sus vidas, marcadas a fuego por el hierro candente de la incomprensión. Jamás podrán borrar semejante marca, grabada en incandescente carmesí sobre el corazón.
Fue un encuentro de dos horas. Dos horas de conocimiento mutuo. Dos horas de gran valor para quien quiera comprender.

Foto: Manuel y Sirifo durante su charla / Laura León / Público

lunes, 5 de enero de 2009

Originalidades políticamente estúpidas

Hay que reconocer que ante problemas concretos y bien diagnosticados, algunos políticos son capaces de apuntar soluciones originalmente estúpidas.
Por ejemplo: si un territorio tiene dificultades para preservarse debido a la expansión urbanística, lo apropiado sería prohibir la inmigración o controlar la natalidad. No es necesario extenderse en explicar las consecuencias de ambas posibilidades si se pusiesen en práctica, como tampoco lo es suponer que del mismo modo que se proponen esas se podrían haber propuesto otras, como prohibir el derecho a vivir dignamente o el sexo en el matrimonio. Sin embargo, sí es necesario precisar que el padre de semejantes originalidades es el presidente del Parlamento de Canarias, es decir, la tercera autoridad de las islas.
No he perdido el tiempo en comprobar si el señor Castro es o no emigrante, pero mucho me temo que su apellido deja bastante en entredicho su limpieza de sangre. Con ser esto llamativo, no es lo relevante, sino las tonterías que pueden decir sus señorías para tratar de echar sobre espaldas ajenas los desmanes urbanísticos propios cometidos durante años de incuria política y legal.
El señor Castro se habría ahorrado ser calificado de imbécil político aquí y ahora si durante el largo tiempo que ejerce como hombre público (sin ánimo peyorativo) hubiese luchado con honor y gallardía por impedir la especulación urbanística y territorial que desde hace décadas consiente y fomenta su Coalición Canaria en sus "queridas" islas.

Foto: José Luis González / La Opinión de Tenerife

viernes, 2 de enero de 2009

Solbes pierde "solbencia"

El ministro de Economía dijo anteayer una cosa y ayer dijo otra. Probablemente, en un caso habló con el corazón y en el otro con la cabeza.
O viceversa.
El día de los inocentes ha quedado atrás y la resaca de las fiestas navideñas no suele dar para tanto en señores tan sobrios, por lo que debemos suponer que el señor Solbes ni nos quiso hacer una inocentada ni se pronunció bajo los efluvios de la noche más alcohólica del año.
Tristemente, el solvente experto en economía pierde "solbencia", víctima del maremágnum de despropósitos en que nos han sumido los responsables de la mayor estafa de la reciente historia de la humanidad.