lunes, 20 de agosto de 2007

Groucho Marx: "Me he ganado muy bien la vida haciéndome pasar por actor"

Sinceramente, nunca creí que el señor Marx, Groucho, me concedería una entrevista. Pero soy afortunado y, tras varios intentos, lo conseguí. El señor Marx, Groucho, me recibió una noche en Casablanca mientras, tocado con un gorro con forma de coco, preparaba una aromática sopa de ganso. Recuerdo que fue un encuentro memorable porque un tipo montó un lío tremendo en el hotel de al lado, al parecer por un mal día en las carreras. Mi anfitrión quiso compensar tanto alboroto con una invitación al circo, que cambió por una noche en la ópera cuando le dije que yo era alérgico a las plumas de caballo. De tanta cháchara, al amable señor Marx, Groucho, se le aguó la sopa. “Soy incapaz de pensar con el estómago vacío, amigo”, me dijo mientras con el índice derecho violaba una redonda voluta desprendida del humo de su cigarro. De modo que se acercó a la despensa y extrajo nuestra cena de una lata sabrosamente repleta de amor en conserva.

-Señor Marx…
-Aclaremos una cosa, joven. Llámeme Groucho, no me gusta confundir...
-Como desee. ¿Cómo llegó a hacerse actor en tiempos tan difíciles?
-No estoy seguro de cómo me convertí en comediante o actor cómico. Tal vez no lo sea. En cualquier caso me he ganado la vida muy bien durante una serie de años haciéndome pasar por uno de ellos.
-Usted se dedicó al cine y al teatro, ¿no le tentó nunca la televisión?
-Encuentro la televisión bastante educativa. Cuando alguien la enciende en casa me marcho a otra habitación y leo un buen libro.
-Ya, pero gracias a la imagen usted ha podido pasar a la historia cinematográfica. Su familia tendría que estar muy orgullosa...
-Todo lo que soy se lo debo a mi bisabuelo, el viejo Cyrus Tecumseh Flywheel. Si aún viviera, el mundo entero hablaría de él... ¿Que por qué? Porque si estuviera vivo tendría 140 años.
-¿Y en qué año nació usted?
-Debo confesar que nací a una edad muy temprana.
-Perdone que insista, pero es que ese es un dato que al parecer no está muy claro...
-Mire joven, le diré que soy tan viejo que recuerdo a Doris Day antes de que fuera virgen.
-Gran mujer Doris Day. ¿La conoció, trabajó con ella?
-Sí, pero no debí caerle simpático porque la primera vez que la vi le dije: “No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual”.
-Hombre, no es de extrañar. Con piropos así sería difícil que se enamorase de usted.
-Escuche, joven. El verdadero amor sólo se presenta una vez en la vida y luego ya no hay quien se lo quite de encima. Lo que no entiendo es por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo.
-Una buena pregunta con respuesta impredecible… Sin embargo, si fuésemos tan quisquillosos la especie se extinguiría, ¿no cree?
-Es posible, pero recuerde que no es la política la que crea extraños compañeros de cama, sino el matrimonio.
-Sin embargo, a usted no le fue tan mal...
-Hombre, el matrimonio es una gran institución, si te gusta vivir en una institución.
-No me diga que no le gustan las mujeres...
-También me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca.
-Amor, sexo y matrimonio: ¿una trilogía imperfecta?
-¡Desde luego! Fíjese que lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis, y cuando se han curado de la indisposición se encuentran con que se han casado.
-Exagera un poco, ¿no cree? Me recuerda a los políticos...
-Ya que la menciona le diré que entiendo la política como el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
-Es usted un hombre de conceptos claros y contundentes. Su sinceridad apabulla...
-El secreto de la vida, muchacho, es la honestidad y el juego limpio... si puedes simular eso, lo has conseguido.
-Buenos principios...
-Son los míos. Si no le gustan tengo otros.
-¡Qué va! Le quedan bien. Diría que es usted el paradigma de la honestidad.
-Para que se entere, sólo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntárselo. Y si responde “sí”, entonces sabes que está corrupto.
Evitaré hacerle esa pregunta entonces porque a un hombre que ha llegado tan alto...
-¿Alto? Puedo decirle que partiendo de la nada alcancé las más altas cimas de la miseria.
-Eso suena muy filosófico, pero, vistos los antecedentes, poco creíble.
-¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?
-Quería decir que sus amigos o los miembros de su club quizá...
-Mire, joven, yo nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo. Todavía recuerdo la última vez que estuve en uno. Les dije: “Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no los conozco muy bien”. Les pareció mal.
-Pero tendrá amigos, saldrán a cenar, hablarán...
-Humprey Bogart vino la otra noche a casa y acabó completamente borracho, algo por otra parte bastante normal en él. Cuando va cocido es un pelmazo, pero la verdad es que no mejora mucho cuando está sobrio.
-Si habla usted así de ellos no habrá quien quiera sentase a su lado ni siquiera dirigirle la palabra, ¿me equivoco?
-En realidad, en las fiestas no me siento jamás; puede sentarse a mi lado alguien que no me guste. Por otra parte, es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente.
-Me alegra comprobar que es usted un hombre jovial. Espero que lo sea por muchos años.
-Pues yo espero que no porque si sigo cumpliendo años acabaré muriéndome.
-Pero usted, como todos, también se morirá y entonces, dada su fama de gran actor, pasará a la posteridad. ¿No le preocuparía que no fuese así?
-Oiga, ¿por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mí?
-A todo el mundo le gusta que le recuerden. Por cierto, ¿qué epitafio le gustaría que figurase en su tumba?
-Perdonen que no me levante. ¿Quedaría bien, no?
-Un poco grosero, quizá...
-Oiga, joven, ¿le conozco de algo?
-Bueno, es posible que haya leído alguno de mis libros.
-¡Ah, cierto! Ahora lo recuerdo. Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo. ¿Queda mucho todavía para acabar?
-No, en realidad ya hemos terminado. Le agradezco su tiempo y la entrevista, míster Groucho. Espero que volvamos a vernos.
-No se preocupe. Nunca olvido una cara, pero en su caso haré una excepción.

Vídeo: ... y también dos huevos duros

22 comentarios:

Nacho de la Fuente dijo...

Guillermo, es sensacional. Me has alegrado el día y la noche. Ya la enlazo en mi blog. Saludos.

Eifonso Lagares dijo...

Guillermo, felicidades por conseguir esta exclusiva, sabemos las dificultades que pone el personaje para conceder entrevistas. Un saludo

Anónimo dijo...

Absolutamente GENIAL.

Anónimo dijo...

Un genio del cine. Y un genial post. Ya salen pocos actores cómicos como Groucho. Ahora todo es más zafio.

Julio Torres dijo...

Fabulosa e creativa entrevista. Parabéns!!!

guitarflow dijo...

Muchas gracias por los animos, es un honor que mi humilde bitacora reciba un comentario asi. saludos

entrenomadas dijo...

GENIAL EL POST!!!
Ponga un Groucho Marx en su vida, ésta será muuuucho mejor.

Covadonga del Peso dijo...

Ingenio puro, sí señor.
Gracias por poner un link a mi post, me alegra que te haya gustado.
¡Un saludo!

Unknown dijo...

Grande Groucho.

makiavelojohn dijo...

Buenos tardes Migra, gracias por tu ingenioso y elaborado post.
Me ayudará a sonreir en lo que queda del día, seguro que cuando se lo cuente a Rigoberta, se pondrá contenta, le traerá buenos recuerdos, y se partirá de la risa.

¡Buena falta nos hace a todos el reiiiiiiiiirr!

(el reirnos de nosotros mismos. Amén)


Un saludo maquiavélico..

Rancilio dijo...

Tremendo. Menudo capacidad tienes para crear estas historias.

Me he reído un buen rato, aunque quizás no tanto tiempo como el que te debió de llevar este post.

Gracias.

Guillermo Pardo dijo...

Me alegra que os haya gustado y os haya hecho reír. Más me he divertido yo haciéndolo. Y no, no lleva tanto tiempo si tienes claro cómo lo quieres hacer. Internet pone el resto. Gracias por vuestras visitas y comentarios. A los que han venido por vez primera, bienvenidos. Saludos y abrazos.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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M. dijo...

Buenas.

Lo del epitafio creo que es leyenda. No está puesto (sólo está su nombre y una estrella de David) y el que él quería era éste: "Nunca besó a una chica fea". Hay una maravilla en youtube que no sé si has visto: una entrevista de Bill Cosby a Groucho Marx: http://www.youtube.com/results?search_query=cosby+groucho+marx

Un saludo.

PD: Muy buena la entrevista, por cierto. Respuestas muy familiares... ¿Se autoplagia Groucho, como Cela?

Guillermo Pardo dijo...

Hola, m. He leído lo del supuesto y lo del verdadero epitafio de Groucho, pero no he tenido el privilegio de verlo. He reseñado el primero porque en la web en que se recopilaron muchas de sus citas célebres no recuerdo haber visto el segundo. De todos modos, sólo pretendía entretener y divertir. Por otra parte, no entiendo bien el sentido de tu post data, aunque te agradezco el cumplido. Saludos y bienvenido/a si es la primera vez que me visitas; si no, también. Saludos.

M. dijo...

Sí, es la primera vez. Entré vía Im-Pulso. Por supuesto, me has entretenido y divertido: a mí y a los que comentan, desde luego. Lo de la postdata era tomándome la entrevista como real. Y como Cela, en ocasiones, se autoplagiaba, pues igual Groucho también tiraba de su repertorio impagable. Saludos.