viernes, 18 de enero de 2008

Honrados en la selva (humana)

Pregunta Nacho de la Fuente en este sorprendente post si compensa ser honrado en el trabajo, cuestión que ensombrece con múltiples dudas:

¿Compensa ser fiel a tu trabajo, a tus principios, a tus horarios? ¿Compensa decir lo que piensas? ¿O pensar lo que dices? ¿Compensa ser honrado contigo y el resto? ¿Compensa decir las cosas a la cara y dar la cara por quien lo necesita? ¿Conpensa ser consecuente y coherente? ¿Compensa aprender, ayudar, trabajar a destajo y hacer méritos cada día? ¿Compensa dejarse la piel por el resto? ¿Compensa ser buena persona y no sólo aparentarlo? ¿Compensa todo esto?

Pienso que cada pregunta tiene una respuesta y que cada respuesta será casi siempre insuficiente porque en lo que consideramos importante somos incapaces de decidir exactamente qué y cómo lo queremos.
Cada cual tiene que definir para sí conceptos como fidelidad, principios, trabajo, compensación, honradez, honestidad, aprender o ayudar, destajo y mérito... No quiero parecer retórico, pero ¿entenderíamos de igual modo la fidelidad si somos infieles que si lo han sido con nosotros? La relatividad importa, tiene un valor decisivo.
En general, a mí me compensa moralmente ser fiel a mi trabajo y a lo que conlleva por lo que implica de compromiso conmigo mismo y con lo que representa ese compromiso con respecto a quien me paga y a quienes me ayudan a cobrar. Porque ésa es otra: mi trabajo no tiene valor sin el de mis compañeros.
Distinto es que por encima de uno haya impresentables cuyo mayor mérito radica en el llavero de su coche o en determinadas facultades para el baboseo y aún el manoseo. A esos los mantienen y los encumbran quienes no piensan en el colectivo, en la empresa, sino en protegerse con pretorianos que cuando ven peligrar su puesto no tienen inconveniente en imitar al césar moviendo el pulgar hacia abajo en señal de degüello... de la cabeza del adorado jefe.
Pienso que la respuesta más acertada a lo que plantea Nacho reside en un conjunto de factores vinculados a la estabilidad personal y profesional.
Sólo se suicida quien no tiene nada que perder.

7 comentarios:

Nacho de la Fuente dijo...

Muy buena respuesta que ahora mismo enlazo en mi blog. Saludos.

Desesperada dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Desesperada dijo...

simplemente, contestaría: sí. compensa.

Julio Torres dijo...

Engadiría ó que dixen nun comentario do artigo de Nacho o seguinte:

Ser honrado está claro que non sempre compensa, porque ás veces esa honradez é un coitelo de dobre fío. E, como ben apunta, Guillermo, hai unha serie de factores vinculados á estabilidade persoal e profesional. Penso por exemplo cando o feito de ser honrado che pode custar o teu traballo. Dura decisión porque ti podes querer unha cousa pero a necesidade obrigarte a outra cousa. É difícil.

A pesar de todo isto, e por regra xeral, non compensa sempre ser honrado. Oxalá, a resposta fose sempre que si compensa, pero seriamos utópicos.

O que teño claro é que aínda que non sempre compense, e salvo forza maior, prefiro SER HONRADO AINDA QUE NON ME COMPENSE. O valor humano para min sempre me compensa, O feito de ter a conciencia tranquila, solo iso, xa me fai sentir humano e por tanto querer ser honrado.

De todos xeitos, entendo que haxa unha serie de factores vinculados á estabilidade persoal e profesional. Non recoñecelo sería non ser realista.

Espero terme explicado.
Un saúdo e parabéns a Nacho e a Guillermo por estes post que deberían facernos reflexionar máis a tod@s. Xusto do que adoece a nosa sociedade actual, tan extremista e sen escrúpulos, no que o máis importante é un, e despois un, e de terceiro tamén é importante un....

Guillermo Pardo dijo...

Creo que todos lo tenemos claro, al margen de que en función de las circunstancias optemos por una decisión u otra.
Gracias y saludos.

Irreverens dijo...

Me leí este post en su momento. Escribí mi comentario con un simple: "Sí, compensa."
Pero lo borré, pensando que me curraría una respuesta más sesuda.

He vuelto y sigo pensando que: Sí, compensa.
Sobre todo cuando no sabes vivir de otra manera.

Besos

Guillermo Pardo dijo...

Si entiendo bien, quieres decir que la adaptación y la aceptación de la realidad, la resignación en suma, lleva a la compensación personal ante actitudes como las que expone el post. No lo tengo claro porque si es así, también hay algo de renuncia que puede dejarte insatisfecho. En cualquier caso es difícil dar una única respuesta si no se tienen en cuenta los condicionantes.
Me alegra que hayas vuelto a hacer el comentario. Gracias. Un beso.