En año y pico de levitación personal por la blogosfera he visto muchas cosas, pero hasta la fecha ninguna como la aceptación de Generación Y, la bitácora de Yoani Sánchez, que, gracias y también pese al veto del Gobierno de Cuba, se ha convertido en foro de libre debate sobre la isla y los isleños.
Decir foro y debate no es exageración, pues ninguna de las entradas introducidas en la página-portada baja de los 1.400 comenterios, e incluso hay alguna que supera los 5.000. Todo un fenómeno. Son cifras que marean y a las que Yoani, según me cuentan, no puede acceder. Ella vive y escribe en La Habana, pero no administra el blog desde La Habana. Se lo administran desde fuera del país. Y con él, los comentarios.
Supongo que no será tarea fácil y, francamente, nada endividiable gestionar semejante cantidad de correspondencia, aunque imagino que para ella debe ser un orgullo lograr lo que otros con más medios no son capaces.
Eso la ha hecho acreedora al Premio Ortega y Gasset.
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